El dolor de la traición

11:39 a.m. Alfredo Panda 0 Comments

Quizá la mayoría de nosotros de alguna forma hemos experimentado lo que es la traición, que por definición es el quebrantamiento de la lealtad o fidelidad que se le debe a una persona.


"Porque no me afrentó un enemigo,
Lo cual habría soportado;

Ni se alzó contra mí el que me aborrecía,
Porque me hubiera ocultado de él;

Sino tú, hombre, al parecer íntimo mío,
Mi guía, y mi familiar;

Que juntos comunicábamos dulcemente los secretos,

Y andábamos en amistad en la casa de Dios."
Salmo 55:12-14

Por su puesto que toda traición es dolorosa y más si la persona que la comete es alguien a quien apreciamos y hemos brindado nuestra confianza. 

Pero debemos entender que no hemos sido los únicos en experimentarla, Jesús también conoce ese dolor, lo vivió al ser entregado por uno de sus amigos. El Salmo 41;7-9 expresa con claridad, lo que vivió nuestro Señor,


"Reunidos murmuran contra mí todos los que me aborrecen;

Contra mí piensan mal, diciendo de mí:



Cosa pestilencial se ha apoderado de él;




Y el que cayó en cama no volverá a levantarse.




Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía,



Alzó contra mí el calcañar."

Es increíble saber que uno de sus discípulos con quien compartió tantos sucesos maravillosos de fe como el de ver milagros, ser parte de las tantas enseñanzas impartidas, testigo de cómo personas fueron transformadas y hasta tener la oportunidad de sentarse en la misma mesa que Él, haya podido ser seducido por satanás para entregarlo a quienes querían su muerte.


A veces se hace difícil creer que conociendo a Dios y viviendo rodeados de gente que comparte nuestra misma fe, podemos ser víctimas de este tipo de actitudes, pero la Biblia dice que ninguno de nosotros es perfecto y que ni aun siendo sus siervos podemos estar exentos a todo mal, y más aun sabiendo que el enemigo está buscando a quien devorar. 

Pero así como el dolor de la traición es tan real, de la misma forma lo es la paz y el perdón de Dios.

Si tú fuiste herido por la traición de tu pareja, de un amigo, de un familiar o un hermano de la iglesia, por más triste y doloroso que esto parezca, no le des lugar al odio, ni permitas que la amargura termine con tu vida.

Hoy te animo a dar el paso hacia la libertad, lo cual sólo se logra perdonando a quienes tuvieron una actitud desleal contigo. 

Recuerda que Jesús dejó que Judas participara en la última cena con Él, aun sabiendo que sería él quien lo entregaría, pero que también lo llevaría a cumplir su propósito.

Es posible que esa persona que te traicionó te ayude a llegar a los propósitos que Dios tiene para ti, por tanto, no la aborrezcas.


"Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados."



Romanos 8:28

Quizá la mayoría de nosotros de alguna forma hemos experimentado lo que es la traición, que por definición es el quebrantamiento de la leal...

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