Cuida tus deseos y emociones
Muchos jóvenes hoy en dÃa les cuesta esperar en Dios, viven en un desespero por tener a alguien a su lado.
Que difÃcil es controlar nuestras emociones, que complicado es tener esos nudos en la garganta que no podemos soltar, por miedo a las consecuencias, pero aun es más grande y buena la recompensa que se obtiene al saber tomar decisiones y saber actuar conforme a la voluntad de Dios, pues a veces queremos imponer nuestros deseos, creyendo que quien mejor que nosotros mismos para saber lo que nos conviene, pero solo en realidad Dios nos conoce y nos da lo que en realidad necesitamos.
El enemigo siempre nos va a querer engañar, pintándonos pajaritos en el aire, confundiéndonos con falsas emociones, con pensamientos y con coincidencias que nos hacen pensar que es la voluntad de Dios y caemos en sus trampas, eso sucede cuando no tenemos el discernimiento del EspÃritu Santo, cuando basamos los sentimientos y decisiones en nuestros propios deseos y no en Dios.
Muchos jóvenes hoy en dÃa les cuesta esperar en Dios, viven en un desespero por tener a alguien a su lado, cuando aun no son capaces de sostener una relación solida con Dios, entonces difÃcilmente la tendrá con una pareja, como lo dice la palabra ¨El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor ¨ 1 Juan 4:8 (Reina-Valera 1960). Y si no amamos y vivimos conforme al amor de Dios, difÃcilmente vamos a llegar a conocer el verdadero amor en una persona.
Es que no cuesta entender que los planes que Dios tiene son mil veces mejores que los de nosotros. ¨Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. JeremÃas 29:11 (Reina-Valera 1960).
Siempre queremos vivir acelerados, tomando decisiones a la ligera, las cuales traen consecuencias desastrosas e irremediables y por eso frecuentemente andamos en desanimo y tristezas.
Somos nuevas criaturas en Cristo, no podemos llevar el mismo ritmo de vida que tenÃamos en el mundo, olvidemos de conseguir las cosas de la misma manera como lo hacÃamos en nuestra antigua vida, "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espÃritu de vuestra mente, y vestÃos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad”. Efesios 4:22-24(Reina-Valera 1960).
Los deseos engañosos son anhelos que nos prometen algo falso, pues como no renovamos nuestros pensamientos, ni renunciamos a ellos, estos se anidan en nuestra mente y cuando le damos cabida se convierten en actos y luego de haberlos llegado a cabo es que descubrimos que todo era una trampa del diablo, y hasta nos engañamos nosotros mismos.
Lo ideal en estos casos es que nos metamos de lleno con Dios, hagamos al EspÃritu Santo nuestro amigo, pues El nos dará el discernimiento, la revelación, la sabidurÃa e inteligencia, para controlar nuestras emociones, pensamientos y sentimientos.
Antes de darle cabida a un fuerte sentimiento y tomar una decisión, consultémosle a Dios, y si esa situación no trae paz a tu corazón, es mejor que esperes en El y no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir.
Piensa muy bien y analiza si los deseos que tienes son productos de tu carnalidad o en realidad son anhelos que provienen de Dios.
Dios cuando nos creo pensó en todo, en nuestra anatomÃa, pensó en las cosas que necesitarÃamos para vivir, pensó en nuestros sueños, en los planes que tiene para nosotros, y también pensó en la persona que va a colocar a tu lado como ayuda idónea.
Créeme a Dios no se le escapa nada, no impongas tu voluntad por encima de la de EL, porque esta te puede acarrear destrucción.
Autora: Jessica Terán
Fuente: alientodiario.com
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